domingo, 6 de mayo de 2018

Feliz Semana



Feliz Semana 
Que tengas una semana de mucha bendición 
en tu trabajo, negocio, familia y hogar.



Feliz Inicio de Semana!



Hoy quiero desearte muchas cosas buenas... 
Pero más que todo quiero desearte
 la Bendición de Dios en tu vida, así estaré segura 
de que no te faltará nada... 
Feliz Inicio de Semana!




Hongos en las uñas causas y tratamientos




Hongos en las uñas causas y tratamientos

Los hongos u onicomicosis son infecciones que generalmente afectan a las uñas de manos y pies. Se presentan en un importante porcentaje de la población a nivel mundial y con mayor frecuencia surgen en las uñas de los pies.

¿Por qué aparecen los hongos?

Generalmente los hongos en las uñas se contraen en lugares húmedos y sin luz solar donde se genera un ambiente ideal para la propagación de los hongos. Por ejemplo: 

las duchas comunitarias.

También el uso de calzado extremadamente cerrado durante
 largos períodos sin descanso de los pies puede provocar 
hongos en los pies.

¿Cuáles son los síntomas?

Algunos de sus síntomas son:

– Variación del color de las uñas hacia las tonalidades blancas o amarillas

– Sensación de dolor en las uñas afectadas o picazón

– Las uñas se quiebran con facilidad

– Con frecuencia presentan bordes con aspereza y se curvan hacia abajo

– Pueden quebrarse en forma irregular dejando a la uña con aspecto astillado

¿Cuáles son los tratamientos?

1. Vinagre de manzana y peróxido de hidrógeno

La combinación de vinagre de manzana y peróxido de hidrógeno hace un poderoso remedio antifúngico que elimina los hongos en las uñas de las manos y los pies.

Sus propiedades se complementan con el alcohol a 90% de concentración, un agente antibiótico y antiséptico que combate miles de variedades de microorganismos.

Ingredientes
¼ de taza de vinagre de manzana (62 ml)
¼ de taza de peróxido de hidrógeno (agua oxigenada) (62 ml)
2 cucharadas de alcohol a 90% de concentración (20 ml)

¿Qué debes hacer?
Incorpora todos los ingredientes en un recipiente de vidrio, agítalos y déjalos concentrar unas horas.

Pasado el tiempo necesario, sumerge un trozo de algodón en el producto y frótalo sobre las uñas varias veces al día.

Sigue el tratamiento todos los días y conseguirás resultados en poco tiempo.

2. Ajo
El ajo es uno de los antimicrobianos naturales más efectivos en cuanto al tratamiento de los hongos en las uñas. Si bien se puede aplicar de forma directa, también puede aprovecharse a través de un baño para los pies.

Ingredientes
10 dientes de ajo
2 tazas de agua (500 ml)

¿Qué debes hacer?
Tritura los 10 ajos y viértelos en una olla con dos tazas de agua.
Llévalo a ebullición y permite que se realice una decocción durante 3 o 5 minutos y retíralo.

Cuando esté a una temperatura soportable, introduce los pies y déjalos unos 20 minutos.

Repite el proceso 3 veces a la semana.


3.Yogurt Natural

Un remedio sencillo y eficaz. El Yogurt Natural cuenta con cultivos activos de bacterias que alteran el ambiente que necesitan los hongos para proliferarse.

Ingredientes
½ taza de yogur natural (120 g)
1 pincel

¿Qué debes hacer?
Con la ayuda de un pincel limpio, aplica una cantidad generosa de yogur natural sobre la uña afectada.

Déjalo secar y retira los excesos con un paño húmedo.

Repite el remedio todos los días, hasta tres veces al día.

Recuerda que también puedes añadir yogur en tu dieta para que sus probióticos refuercen las defensas y prevengan otros tipos de infecciones fúngicas.

4. Aceite esencial de árbol de té
El aceite esencial de árbol de té es un producto muy utilizado en el tratamiento de las infecciones microbianas externas. 

Sus propiedades antisépticas, antiinflamatorias y antifúngicas detienen el crecimiento de los hongos y mejoran el estado de la uña.

Ingredientes
3 gotas de aceite esencial de árbol de té
1 trozo de algodón

¿Qué debes hacer?
Aplica las gotas de aceite de árbol de té sobre la uña afectada, y espárcelo con la ayuda de un trozo de algodón.

Procura adquirir una concentración al 100% para que sus resultados se noten en pocos días.

Úsalo hasta sanar por completo la uña.

5. Vicks VapoRub

El Vicks VapoRub es un ungüento utilizado en el tratamiento de varios de los síntomas de las afecciones respiratorias. Lo que muy pocos saben es que también cuenta con cualidades antimicrobianas que favorecen la recuperación de las uñas infectadas por hongos.

Ingredientes
Vicks VapoRub (el necesario)
1 vendaje

¿Qué debes hacer?
Aplica el Vicks VapoRub sobre la uña afectada y cúbrela con un vendaje.

Pasadas 6 horas, aplica VapoRub fresco y vuelve a cubrir.

Sigue este mismo proceso hasta notar el cambio.

6. Sal contra los hongos

Además de sus usos culinarios, la sal es un ingrediente con propiedades antifúngicas que podemos aprovechar como remedio contra esta condición.

Ingredientes
1 cucharadita de sal (5 g)
5 gotas de limón

¿Qué debes hacer?
Humedece la sal con unas gotas de limón y aplícala de forma directa sobre la uña afectada.

Déjalo reposar 30 minutos y enjuaga.

Repite a diario.

Estos sencillos remedios caseros inhiben el crecimiento de los hongos para evitar que deterioren las uñas. Ten en cuenta que en todos los casos los resultados tardan un poco en notarse y solo se obtienen si se utilizan de manera continua.

Otras maneras de evitar hongos en las uñas

– Controla diariamente la higiene de tus uñas

– Ventila los dedos de uñas y pies con regularidad

– Evita caminar descalzo en sitios públicos o comunitarios

– Si la persona ha tenido anteriormente hongos en las uñas desinfecta con alcohol los elementos que ha utilizado para cortar sus uñas

– Evita las uñas muy largas

– Utiliza antisépticos naturales para combatir la formación de hongos.

Propiedades de las Semillas de Chía para la Salud


Las semillas de chía han sido consideradas como un superalimento por su composición nutricional y los múltiples beneficios que aporta a nuestro organismo. Así mismo, cada vez son más las personas que deciden incluir este producto en su dieta para perder peso o ganar masa muscular, puesto que sus propiedades lo convierten en un alimento perfecto para mantener la figura e ideal para deportistas. Pero, ¿quieres saber por qué? En tuSintoma te explicamos todo lo que debes saber sobre las semillas de chía, qué son, cuáles son sus propiedades para la salud, cómo adelgazar con este superalimento, cuál es la dosis recomendada y en qué casos está contraindicada.

Qué son las Semillas de Chía

Las semillas de chía se obtienen de la salvia hispánica, una planta herbácea originaria de Guatemala, Nicaragua y México, y perteneciente a la misma familia que el romero, la menta y el tomillo, denominada Lamiaceae. Dicha planta puede alcanzar hasta un metro de altura, cuenta con hojas de cuatro a ocho centímetros de largo y presenta flores de color púrpura y algunas zonas blancas. La salvia hispánica florece entre julio y agosto y produce un fruto al final de la época de verano a través del cual obtenemos las semillas, que pueden ser color café, blancas o negras.

Además de las semillas, las hojas y flores de la planta también concentran importantes propiedades para el organismo y, por ello, se utilizan en la medicina natural para preparar remedios e infusiones con fines variados.

Composición nutricional de las semillas de chía

A continuación detallamos el valor nutricional de la chía por cada 100 gramos de producto:

40% de hidratos de carbono,
 de los cuales el 30% es fibra soluble y el 3% insoluble.

30% de grasas, 
de las cuales el 24% es de ácidos grasos omega 3.

16,5% de proteínas.

6% de agua.

Vitaminas: B1, B2, B3, C y E.
Minerales: zinc, hierro, fósforo, calcio, magnesio, potasio y sodio.

Propiedades de las Semillas de Chía para la salud.

Aunque los aztecas y los mayas ya incluían este superalimento en su dieta, no ha sido hasta hace apenas unos años que estas semillas han aumentado su popularidad en todo el mundo, tanto en el ámbito culinario como en el medicinal. Esto es así debido a la difusión del valor nutricional anteriormente mencionado, el cual se traduce en un sinfín de beneficios para el organismo.

Ofrece al organismo otros efectos igual de beneficiosos, como su capacidad de proteger al cuerpo de padecer enfermedades cardiovasculares así como de fortalecer el sistema inmunitario y mantener la salud ocular.

Por otro lado, la chía es rica en fibra soluble, la cual genera una especie de gelatina dentro del intestino al disolverse con el agua. Este gel consigue retener el colesterol y ayuda al cuerpo a regular sus niveles. Así mismo, favorece el movimiento intestinal y fomenta la frecuencia de las deposiciones, siendo un remedio perfecto para combatir el estreñimiento. Sin embargo, sus beneficios no acaban aquí, y es que las semillas como la chía están compuestas por mucílagos, un tipo de fibra soluble que, además, fomenta la eliminación de las bacterias malas que pueden hallarse en el intestino y mejora la multiplicación de las bacterias beneficiosas. También cuenta con propiedades anticancerígenas y tiene la capacidad de proteger la mucosa estomacal, evitando problemas digestivos como la gastritis.

No obstante, estos no son todos los beneficios que las semillas de chía aportan a nuestro organismo:

Sus propiedades digestivas también ayudan a reducir la acidez estomacal y a prevenir el cáncer de colon.

Al generar esa especie de gel, también consigue atrapar los azúcares de los alimentos y ayudar a reducir los niveles de azúcar en sangre, siendo un producto apto para personas diabéticas de tipo 2 e, incluso, ayudando a prevenir la hiperglucemia. 

En personas con Diabetes de tipo 1 es recomendable consultar con su médico antes de incluir las semillas en su dieta.

Por todo lo anterior, las semillas de chía favorecen la función hepática ayudando a mantener la salud del hígado.

Ayudan a reducir la Tensión Arterial.

Presentan propiedades anticoagulantes.

Previenen la formación de piedras en la vesícula.

No contienen gluten.

Cuenta con propiedades antiinflamatorias beneficiosas para tratar problemas relacionados con el sistema óseo, como la Artritis Reumatoide o la Artrosis.

Sus propiedades antioxidantes y depurativos ayudan al organismo a prevenir la oxidación celular y a combatir la retención de líquidos.

Ofrecen un extra de energía perfecto, sobre todo, para aquellas personas que siguen una dieta vegetariana.

Gracias a este aporte de energía y al elevado porcentaje de fibra, la chía favorece el aumento de la masa muscular y la regeneración de los tejidos, por lo que es ideal para deportistas.

Propiedades de las Semillas de Chía para Adelgazar

A pesar de contar con múltiples propiedades medicinales, las semillas de chía son uno de los alimentos más populares para bajar de peso. Esto es así gracias a las propiedades ya mencionadas, que generan los siguientes efectos en nuestro cuerpo:

Al mejorar la flora intestinal y fomentar el sistema digestivo, también acelera el metabolismo y, por tanto, favorece la quema de grasa.

En relación con el aporte de fibra soluble, la chía 
produce un efecto saciante y disminuye el apetito.

Agua de Chía para Perder Peso

Para adelgazar con estas semillas lo más eficaz es elaborar agua de chía. Para ello, se debe poner a remojo una cucharada sopera de semillas de chía en un vaso de agua y dejar que se hidraten durante una hora. Para potenciar su efecto adelgazante, se puede incluir el zumo de un limón pasado el tiempo de reposo, verter un poco más de agua, mezclar bien y volver a reservar durante 10 minutos más. El resultado será un gel espeso que deberás consumir unos 30 minutos antes de cada comida, pudiendo tomar un máximo de dos vasos al día.

Cómo tomar semillas de chía y cada cuánto?

Podemos consumir las semillas enteras o molidas, puesto que en ambos casos conseguimos beneficiarnos de todas sus propiedades. Tal y como acabamos de ver, una de las formas más sencillas y eficaces de consumir la chía es elaborando un gel con ella. Sin embargo, existen otras maneras de tomarla:

Podemos tomar directamente una cuchara de semillas molidas media hora antes de cada comida. Eso sí, sin olvidar consumir los dos litros de agua diarios.

Otra opción es espolvorear las semillas de chía enteras sobre las ensaladas y yogures, o incluirlas en la elaboración de jugos y batidos.

En cuanto a la dosis diaria de chía recomendada, se puede ingerir de 5 a 25 gramos al día, siendo aconsejable consultar con un médico o nutricionista para fijar la cantidad exacta en función de lo que se quiera conseguir.

Contraindicaciones de las Semillas de Chía

Por su elevado aporte de fibra y efecto laxante, no se recomienda consumir semillas de chía a personas propensas a sufrir diarreas de forma frecuente, en casos de colon irritable o diverticulosis.

Por su capacidad para disminuir la presión arterial, no es aconsejable para aquellas personas que suelen tener la tensión baja.
Está contraindicado su consumo si se está siguiendo un tratamiento a base de medicamentos anticoagulantes.

En casos de pacientes recién operados del estómago, del colon o cualquier otra zona del apartado digestivo, no se puede ingerir chía.
Si se padece diabetes y se está proporcionando insulina al cuerpo, se debe consultar con el médico antes de consumir estas semillas.

Remedios Caseros para la Diarrea


¿Qué es la diarrea?
La diarrea es una dolencia, en el cual, una persona pasa deposiciones sueltas o acuosas. Se clasifica principalmente como diarrea absoluta y relativa. Diarrea Absoluto implica más de cinco movimientos sueltos al día, mientras que la diarrea en relación implica un aumento de deposiciones por día. En la situación de la diarrea, el cuerpo pierde electrolitos y líquidos del cuerpo. La diarrea puede afectar a personas de todas las edades. Si no se trata, puede resultar en condiciones severas, como la presión arterial, la insuficiencia renal, o convulsiones.
Causas

La infección bacteriana o viral causa diarrea. Las otras causas principales son:
  • La ansiedad y el estrés
  • El consumo de café y alcohol en exceso
  • La ingestión crónica de etanol
  • Tumores secretores de hormonas
  • Enfermedad intestinal isquémica
  • Reacciones alérgicas
  • La gastroenteritis viral
  • Comida envenenada
  • Medicamentos inapropiados
  • La radioterapia o cirugía
  • Desordenes digestivos
  • Movimientos intestinales inflamatorias
  • Trastornos endocrinos
Los Síntomas
Una persona no sólo sufre con heces acuosas, pero también el dolor y calambres en el estómago severo. Algunos de los síntomas comunes de diarrea son:
  • Calambres abdominales
  • Vómitos
  • Náuseas
  • Dolor de cabeza
  • Sensación de pinchazo
  • Pérdida de apetito
  • La fatiga y el aburrimiento
  • La debilidad en el cuerpo
  • Fiebre
  • Deshidratación
  • Aumento del número de deposiciones
  • Sangre en las heces
  • Heces acuosas
  • Distensión
Remedios Caseros para la Diarrea
Parece tan embarazoso, cuando hemos llegado a asistir a una ceremonia de la boda y estamos visitando con frecuencia baño. Con el fin de deshacerse de este problema, aquí hay algunos remedios caseros fáciles y rápidas para usted.

Cantidad excesiva de miel provoca estreñimiento severo.
Se utiliza cuando uno se siente inquieto y experiencias de dolor ardiente en el tracto digestivo. Los síntomas también se acompañan de vómitos.

Colocynthis: Cuando una persona siente dolor cortante en el abdomen y se siente cómodo cuando se pone presión fuerte en el abdomen, se utiliza este recurso.

Chamomilla: Este remedio se utiliza para aliviar heces acuosas calientes y verdes.

Gelsemium: Se utiliza para aliviar diversos síntomas, como debilidad, fiebre, y dolor de cabeza, que están asociados con la diarrea.

El fósforo: Este remedio se utiliza cuando una persona se vuelve débil y se siente sed. Él / ella también experimenta una sensación de vacío en el estómago.

Pulsatilla: Este remedio se utiliza contra la diarrea, que es causada después de tener alimentos grasos.

Ipecacuanha: Si la diarrea se acompaña de náuseas, se sugiere este remedio.

Podophyllum: Cuando no hay dolor durante la diarrea, pero gorjeos abdomen antes de que pase la diarrea.

Azufre: Cuando una persona sufre con heces acuosas calientes en la mañana y la zona alrededor del ano se pone roja, con picor, e irritante, se utiliza este recurso.
Medidas preventivas

Con el fin de prevenir la diarrea, seguir algunas medidas necesarias, que se dan a continuación:
  • Use jabón antibacteriano cada vez que te laves las manos.
  • Beber en exceso líquidos, incluyendo jugos.
  • No beba agua o jugos de lugares poco higiénicos.
  • Cocine los alimentos a la temperatura adecuada.
  • Pruebe la solución de SUERO.
  • Comer Ligeramente.
  • Utilice baños limpios e higiénicos.
  • Evite compartir utensilios, ropa de cama y cubiertos.
  • Tome un descanso adecuado.
  • Evite los viajes largos a través de coche y autobús.
  • Amamantar a sus bebés.

Oración de Una Madre


Ayúdame Señor a comprender a mis hijos, a escuchar pacientemente lo que quieren decirme, y a responderles todas sus preguntas con amabilidad. 


Evítame que los interrumpa, que les dispute, o contradiga. Hazme cortés con ellos, para que ellos sean conmigo de igual manera.

Dame el valor de confesar mis errores, y pedirles perdón cuando comprenda que he cometido una falta. Impídeme que lastime los sentimientos de mis hijos.

Prohíbeme que me ría de sus errores, o que recurra a la afrenta y a la mofa como castigo. No me permitas que induzca a mis hijos a mentir y a robar. 

Guíame hora tras hora para que confirme, por lo que digo y hago, que la honestidad es fuente de felicidad. 

Modera, te ruego, la maldad en mí. Evítame que los incomode, y cuando esté malhumorad@; ayúdame, Dios mío a callarme.

Hazme ciego ante los pequeños errores de mis hijos, y auxilíame a ver las cosas buenas que ellos hacen. Ayúdame a tratar a mis hijos como niños de su edad, y no me permitas exigirles el juicio y convicciones de los adultos. 

Facúltame para no robarles la oportunidad de confiar en sí mismos, pensar, escoger o tomar decisiones. 

Oponte a que los castigue, para satisfacer mi egoísmo. Socórreme, para concederles todos los deseos que sean razonables, y apóyame, para tener el valor de negarles las comodidades que yo comprendo que les harán daño. 

Hazme just@ y ecuánime, considerad@ y sociable para con mis hijos, de tal manera que ellos sientan hacia mí, estimación. 

Hazme digna, Señor de que sea amad@ por mis hijos. AMEN

Un Ángel llamado Mamá-Reflexión



Cuenta la leyenda que un angelito estaba en el cielo, cuando Dios, lo llamó y le encomendó una misión, con dulce voz le dijo: Tendrás que ir a la tierra y nacer como los humanos, serás un pequeño niño y crecerás hasta llegar a ser un hombre.

Espantado el angelito, preguntó, pero Señor: ¿cómo haré para vivir tan pequeño e indefenso, quien me cuidará? –

Entre muchos ángeles escogí uno para ti que te está esperando y te cuidará.

– Pero dime, aquí en el cielo no hago más que cantar y sonreír, eso me basta para ser feliz…

– No te preocupes, tu ángel te cantará, te sonreirá todos los días y tú sentirás su amor y serás feliz.

¿Cómo entenderé lo que la gente habla si no conozco el idioma de los hombres?

– Tu ángel te dirá las palabras más dulces y más tiernas que puedas escuchar y con mucha paciencia y con cariño te enseñará a hablar.

– ¿Y qué haré cuando quiera hablar contigo?

– Tu ángel juntará tus manitas y te enseñará a orar y podrás hablarme…

– He oído que en la tierra hay hombres malos, ¿quien me defenderá?

– Tu ángel te defenderá a costa de su propia vida.

– Pero estaré triste ya que no te veré más.

– Tu ángel te hablará siempre de mí y te enseñará el camino para que regreses a mi presencia, aunque yo siempre estaré a tu lado durante todo el tiempo que estés entre los hombres.

El angelito ya empieza a escuchar las voces que venían de la Tierra y atemorizado y con lágrimas en los ojos, dijo…

Dios mío, dime por lo menos el nombre de ese ángel que me cuidará,…

“Su nombre no importa tú, le llamarás MAMÁ”

El Sufrimiento de una Madre – Reflexion



Estaba sola, a sus tiernos 17 años, ya sufría la traición y el abandono, era madre de un niño pequeño y llevaba otra criatura en su vientre.

Cuando perdió a su madre, ella no sabía oficio alguno, y ¿Quién la iba a emplear con un niño pequeño y otro en el vientre?

Qué difícil es conseguir el pan cuando se es joven y se está desamparada. Su niño le pedía comida y ella se desgarraba en su dolor.

Aquella tarde, con su gran barriga, fue a la iglesia; la enorme panza la dificultó arrodillarse, pero lloró con profunda tristeza, luego fijó su mirada en el Cristo crucificado y le dijo (pensando en el hambre de su niño, y en su propia hambre):

Señor, es realmente doloroso amar a mis hijos y sufrir por el hambre y el frío, no tenemos ni un techo seguro, ni una mano amiga, menos aún posibilidades para un empleo digno.

Te doy gracias por la vida que nos das, y te suplico que me des las fuerzas suficientes para salir adelante y dar la bienvenida a este nuevo bebé que está por venir.

Y por favor, te pido que nazca bien. Después de un momento de silencio, se levantó tomando de la mano a su pequeño hijo, fortalecida interiormente, decidida a seguir luchando por ellos.

Fueron tiempos difíciles, hubo días que no tuvo que hacer, otros en cambio lavaba ropa ajena, limpiaba alguna casa, o hasta los vidrios de los carros.

Cuando su niña nació, no tenía nada, fue echada del lugar en donde se alojaba, por falta de pago, y así, sin posibilidades de elección, se perdió.

Una esquina oscura fue el testigo fiel de una nueva mujer que se dedicaría al más antiguo de los oficios. Por amor a sus hijos.

Al principio fue difícil, pero sus niños necesitaban muchas cosas. Y así, sin lujos, pero con mucho amor, les dio siempre lo necesario, aún a costa de su propio sacrificio.

Los años pasaron y cuando sus hijos crecieron, ella, orgullosa de verlos ya casi convertidos en profesionales, pensó que se acercaba el tiempo de descansar.

Aún era joven, pero la vida que llevaba la había envejecido, y estaba enferma de tanto sufrir. Sería justo un cambio, sus hijos lo entenderían.

Eso pensaba ella, no sabiendo que una mala lengua, de ésas que no sienten vergüenza de clavar en los demás el dolor de sus puñales malintencionados, muy a su manera, le contó a la joven el pasado de su madre.

Esa noche, cuando en medio de sus pensamientos, volvía cansada a casa y las gruesas gotas de la tormenta caían en los techos de las casitas del barrio, la primera mirada que encontró al entrar fue la de su hija, quien al verla le dijo:

– ¡Vete, no quiero verte!

¡Hoy supe que eres una prostituta; vete porque no eres digna del amor de tus hijos!

¡Me das asco!

Ella no supo qué responder, sabía que un día lo sabrían, siempre lo temió y siempre pensó que la reacción de ellos no sería agradable.

Pero darles asco, eso no, esa palabra fue un puñal que se clavó en su alma, y corrió, corrió bajo la lluvia que parecía compartir con ella su dolor, derramando en su rostro un copioso llanto.

Cuando empezó a amanecer, ella lloraba aún sentada en un canal, varias cuadras lejos de su casa. De pronto, una cálida sábana cubrió su espalda y al volver, vio al mayor de sus hijos:

– Madre, toda la noche te he buscado; ven volvamos a casa.

– No -le dijo-, tu hermana me desprecia, no sé si tú ya lo sepas.

– ¿Saber qué? Yo sólo sé que te quiero, que eres mi madre. Nada que venga de ti me avergüenza. Tú no eres más que una mujer valiente que se enfrentó a la vida como pudo para dar de comer a sus hijos.

Esa mañana los hermanos pelearon como nunca, ante la angustiada mirada de su madre:

– ¡Que se vaya!

¿No ves que es una cualquiera?, ¿no te da pena su oficio?

A mí me da vergüenza que mis amigos sepan lo que ella es, y ya poco me falta para ser una profesional, no soportaría sus señalamientos. – Pues vete con tus amigos, que yo me quedaré con ella. Yo no me he olvidado de las veces que se sacó el pan de la boca para dárnoslo, y de las noches que veló junto a nuestra cama cuando estabamos enfermos.

Tú y yo no tuvimos padre porque nos abandonó, pero en cambio tuvimos una madre que todo nos lo dio, ¿o es que alguna vez te faltó algo?

Yo sólo sé que lo que soy se lo debo a ella.

Si tú la desprecias, vete tú, que yo la amaré por los dos.

Y así fue. Los días y las noches pasaron, y aquella muchacha que con ímpetu de conquistador salió de su casa, segura de sí misma, nunca se graduó, pero en cambio encontró el amor.

El amor traidor de un hombre que después de burlarse de ella aprovechándose de su inexperiencia, la abandonó; -como un día otro cobarde abandonara a su madre-, dejándola con un hijo en el vientre, sola como aquella a la que tan duramente había condenado, con hambre también, y en peor estado.

El remordimiento de la crueldad con que había tratado a su madre, vivía atormentada, había envejecido rápidamente. Por hambre y por remordimiento, volvió al hogar.

Entró a la casa (de la que aún conservaba las llaves); su hermano, la miró fijamente, pero no había en su mirada reproches, sino amor.

– Vengo -le dijo- a pedirles perdón a ti y a mi madre. A quien tanto hice sufrir.

El hermano bajó la mirada un momento, y luego le dijo:

– Sígueme. La joven lo siguió varias calles hasta llegar hasta un cementerio y allí, entre las primeras tumbas de la entrada, blanca se erguía la tumba de su madre.

-¡Nooo! gritó espantosamente, porque se le desgarró el alma, y llorando se tiró sobre la tumba, la besó y arañando el cementerio pedía perdón.

¿Por qué?, se preguntaba, ¿Por qué no pude ver a mi madrecita por última vez?, ¿Por qué no pude pedirle perdón de rodillas, besar su frente, velar su cuerpo? ¿Por qué te fuiste madrecita sin que yo te diera mi último adiós?

Allí, postrada sobre la tumba de su madre lloró el llanto más amargo de su vida.

El hermano, que a pesar del dolor conservaba la calma, le dijo:

– ¿Sabes? Hasta en el último momento te llamó.

Aquella noche de lluvia le hizo daño, le dio neumonía.

Pero no llores, ella nos ha perdonado a los dos, yo también fui culpable por no perdonarte, no te busqué aunque ella me lo suplicó muchas veces.

Y la deje consumirse de tristeza, extrañándote, llamándote.

Pero aún en su lecho de muerte, ella te bendijo y me pidió que si volvías te recibiera con los brazos abiertos, como ella lo hubiera hecho, y que de ahí en adelante fuéramos unidos y nos amaramos como siempre nos enseñó.

Ese día inicia hoy, hermanita, volvamos.

Los hermanos se retiraron lentamente y no pudieron escuchar que en la brisa suave que acariciaba sus frentes, su madre los bendijo por enésima vez.

Reflexión

La madre no es buena ni mala: ES MADRE

No nos toca a nosotros, como hijos, juzgar sus actos, porque es la propia vida la que con profundas heridas nos cobra el dolor que le hayamos causado.

Si aún conservas a tu madre, venérala como un ángel, y si ella te lastima, perdónala, pero jamás la señales, jamás la ofendas, jamás la desprecies ni te avergüences de ella, porque el llanto de remordimiento que has de llorar, es el llanto más amargo de tu vida.