domingo, 25 de febrero de 2018

Venimos a ti todos nosotros, que estamos todos unidos,



Mi Señor, tú que eres el Pastor divino, y tú que has dicho
 “Los que estén cansados, cargados y debilitados, vengan a mí y yo los aliviaré”. 


Venimos a ti todos nosotros, que estamos todos unidos, los enfermos de la comunidad están junto a nosotros, te lo imploro Jesús, bendícelos a todos, cúbrelos con tu mano de buen pastor y colócala sobre cada uno de ellos y por medio de tu divina pasión empieza a curarlos de su enfermedad, si está en tu bendita voluntad sabemos que tú eres el único capaz de curarlos Señor; y te lo rogamos con la fe, no midas nuestros pecados, mide la cantidad de fe que tenemos en tu Iglesia y la fuerza que poseen tus llagas gloriosas, por la santa cruz de crucifixión y por tu divina sangre te pedimos que comiences a sanarlos a muchos de ellos, mi Señor.

Y a los que no queréis sanar, porque en tus planes no están hoy, sabemos que tú tienes algo distinto y mejor para ellos, te rogamos que les des fortaleza y valentía para que no se impacienten y sepan esperar con calma, para que ofrezcan su sufrimiento y lo liguen con el tuyo en la cruz, para que así tengan el valor de la redención.

Señor, nosotros sabemos que tú estás escuchándonos, que tú estás presente con nosotros en estos momentos, sin nosotros saber lo que nos espera al final de esta oración, te damos gracias de fe, por todo lo que estás haciendo por nosotros y por ellos, que sea tu voluntad sanarlos.

Y todo esto te lo pedimos con la intercalación de nuestra Santísima madre la Virgen María
y te damos gracias nuevamente por todo lo que tú vas a hacer por ellos.


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