lunes, 19 de octubre de 2015


Los puentes son como ciertas personas:
Su importancia se valora cuando ya no están, o cuando están rotos y no se los puede usar. Existe una cantidad impresionante de puentes:
Cortos y largos, anchos y estrechos, seguros e inseguros, caros y económicos.
Todos tienen sin embargo, algo en común:  Sirven para unir dos orillas......
Atravesándolos, uno siente que, de algún modo, lleva un mensaje al otro lado.También las personas estamos llamadas a ser puentes, para facilitar el encuentro, para superar aflicciones, para estimular el perdón.
Hacer de puente a veces cuesta, pero cuando da resultado, la gratificación es grande. Quiero ser para ti como un puente sobre el río...
Del lado de acá está tu hoy..... Del lado de allá tu mañana.
Entre los dos lados, el río de la vida, a veces sereno, a veces turbulento, a veces traicionero y a veces profundo y revuelto. ES NECESARIO ATRAVESARLO.
No soy Dios ni pretendo jugar a ser Dios.Sólo Él puede llevarte con seguridad al otro lado.Pero yo quiero ser el puente que haga más fácil la travesía.Si crees que no es bueno pasar sólo, usa mis hombros.Si me balanceara, no tengas temor...Dios me ha colocado en tu camino para ayudarte a cruzar el río.No dudes en utilizarme, y cuando llegues, déjame, si quieres.Si, me entiendes bien, déjame donde estoy. Otros han pasado por medio de mi, igual como tu pasaron.Pero quiero que continúes tu marcha.Soy tu puente para muchas travesías de la vida, pero aún tengo otro nombre.
SOY UN PUENTE LLAMADO AMISTAD ....... 


Existen personas en nuestras vidas que nos hacen felices 
por la simple casualidad de haberse cruzado en nuestro camino.
Algunas recorren el camino a nuestro lado, viendo muchas lunas pasar, 
mas otras apenas vemos entre un paso y otro. 
heart tree digital stamps in different colors.  so cute: A todas las llamamos amigos y hay muchas clases de ellos. 
Tal vez cada hoja de un árbol caracteriza uno de nuestros amigos. 
El primero que nace del brote es nuestro amigo papá y nuestra amiga mamá, 
que nos muestra lo que es la vida. Después vienen los amigos hermanos, 
con quienes dividimos nuestro espacio para que puedan florecer como nosotros. 
Pasamos a conocer a toda la familia de hojas a quienes respetamos y deseamos el bien. 
Mas el destino nos presenta a otros amigos, 
los cuales no sabíamos que irían a cruzarse en nuestro camino. A muchos de ellos los denominamos amigos del alma, de corazón. Son sinceros, son verdaderos. 
Saben cuando no estamos bien, saben lo que nos hace feliz. 
Y a veces uno de esos amigos del alma estalla en nuestro corazón 
y entonces es llamado un amigo enamorado. Ese da brillo a nuestros ojos, música a nuestros labios, saltos a nuestros pies. Mas también hay de aquellos amigos por un tiempo, 
tal vez unas vacaciones o unos días o unas horas. Ellos acostumbran a colocar muchas sonrisas en nuestro rostro,durante el tiempo que estamos cerca. Hablando de cerca, no podemos olvidar a amigos distantes, aquellos que están en la punta de las ramas y que cuando el viento sopla siempre aparecen entre una hoja y otra. El tiempo pasa, el verano se va, el otoño se aproxima y perdemos algunas de nuestras hojas, algunas nacen en otro verano y otras permanecen por muchas estaciones. 
Pero lo que nos deja más felices es que las que cayeron continúan cerca, 
alimentando nuestra raíz con alegría. Son recuerdos de momentos maravillosos de cuando se cruzaron en nuestro camino. Te deseo, hoja de mi árbol, paz, amor, salud, suerte y prosperidad. Simplemente porque cada persona que pasa en nuestra vida es única. 
Siempre deja un poco de sí y se lleva un poco de nosotros. 
Habrá los que se llevarán mucho, pero no habrán de los que no nos dejarán nada. 
Esta es la mayor responsabilidad de nuestra vida y la prueba evidente de que dos almas no se encuentran por casualidad. 

Cuando permites que Dios sane tu corazón recibiendo su amor, que entregó por ti lo más valioso que tenía, la vida de su Hijo, dejas de preocuparte tanto por lo que otras personas piensen de ti, o por la forma en que te tratan. Cuando tu vida está basada en tu estima lastimada, te sientes agredido fácilmente, eres muy susceptible a los comentarios, tratos y actitudes de los demás. Te defiendes con agresividad, reaccionas pensando que los demás no te quieren, o no te aceptan, por lo que creas vínculos conflictivos con tu entorno. Debes saber el valor de quién eres como  hijo de Dios, porque es muy grande, y debes agradecer los talentos que te regaló. Recibe el amor que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo tienen por ti, así la paz entra en tu vida, tu ego herido se sana y tu estima es equilibrada, logrando estar bien contigo mismo y con los demás. Para el Señor, eres único y especial.

Juan 3:2 dice: “Queridos amigos, ya somos hijos de Dios, pero él todavía no nos ha mostrado lo que seremos cuando Cristo venga; pero sí sabemos que seremos como él, porque lo veremos tal como él es”.